Se trata de un conjunto de síntomas entre los que destaca el dolor abdominal, localizado en el intestino y que se caracteriza por violentos retorcijones y ansiedad. Este conjunto de síntomas afecta a niños de entre 15 días y 3 meses, y tiene tendencia a la mejoría tras la cuarentena y los tres meses.
Es un mecanismo de defensa del aparato digestivo, que no es aún maduro, y ante situaciones para las que no está preparado, la musculatura del intestino se contrae de manera convulsiva produciendo dolor.
Pero no es la única causa. Se asocia a una alteración del sistema nervioso autónomo debido a tensión producida durante el parto, a una hiperestimulación causada por una situación de estrés en el niño, a que la madre tenga una dieta muy rica en lácteos o incluso a un mal agarre del niño al pecho a la hora de mamar.
Nuestro tratamiento se basa en ayudar todo lo posible a su organismo a equilibrar el peristaltismo intestinal, mediante masaje abdominal y movilizaciones suaves, liberando las posibles tensiones producidas durante el mecanismo del parto en la esfera craneal del bebé y a lo largo de columna hasta la pelvis.